Caemos en el riesgo de que un exceso de información nos lleve a error. Por eso creo que es interesante rebatir algunos mitos y conceptos erróneos sobre la fisioterapia:
La Fisioterapiano tiene por qué ser cara: En ocasiones se forma una idea elitista de la fisioterapia, en la que sólo los mejores deportistas, o las personas ricas, pueden permitirse buenos y eficaces tratamientos. Esto no es del todo correcto. Evidentemente, como todo en esta vida, el dinero facilita acceder a ciertos medios, pero eso no implica que una persona que se lesione haciendo ejercicio como aficionado o en cualquier actividad pueda acceder a unos servicios de calidad, ya sea en la sanidad pública o privada (aunque es cierto que lista de espera y atención individual son cuestiones que deberíamos tratar en una entrada a parte). Si queréis saber más sobre la fisioterapia y precios, os invito a leer esta entrada sobre las cuentas claras en una clínica de fisioterapia.

La Fisioterapia no es elitista: Ni por precio (como acabamos de mencionar) ni porque solo atienda a personas jóvenes y deportistas que quieren optimizar su recuperación. La Fisioterapia actúa en colegios, en embarazadas antes y después del parto, en lesiones en el ámbito laboral, o, como en mi caso, trabajando con personas mayores... Las sesiones y tratamientos se adaptan a los objetivos para cada persona. No solo las estrellas son dignos de recibir este tipo de cuidados.
La Fisioterapia no es todos los días: El modelo de sesiones de lunes a viernes donde te hacen tratamientos pasivos o, como mucho, te enseñan algún ejercicio, debe estar extinguido y agotado. La Fisioterapia (de calidad) no tiene que hacerse todos los días en la clínica o centro de fisioterapia. La tendencia actual es personalizar el tratamiento y potenciar los elementos activos. Es decir, enseñar a la persona ejercicios, habilidades, técnicas, correcciones para que aplique en el día a día lo que se va haciendo en las sesiones de tratamiento. Por ello no es necesario (en algunos casos) "machacar" con sesiones diarias de tratamiento pasivo, siendo más productivo hacer menos sesiones, más espaciadas, y con mucho trabajo activo del paciente en casa o en su ámbito habitual. Esto influye también en que el tratamiento no tiene por qué ser caro en exceso, puesto que en muchos casos habrá pocas sesiones "presenciales" pero mucho "trabajo para casa".
La Fisioterapia no es el último recurso, cuando lo demás ha fallado: Hay quien acude a una peregrinación para pedir un milagro que le cure antes que acudir a los profesionales sanitarios. La prevención, y el abordaje precoz, son fundamentales para tratar adecuadamente ciertas lesiones. Por ello nunca está de más consultar a un fisioterapeuta antes de que el daño vaya a más.

Las manos del Fisioterapeuta son lo más importante para el tratamiento: Aunque trabajemos con las manos, lo importante de verdad no se hace con ellas. Lo más destacable, que no puede faltar, es el razonamiento clínico. Es decir, analizar los problemas y buscar sus causas y soluciones. Por ello es vital la valoración y el diagnóstico en fisioterapia, tomando las manos del fisioterapeuta un papel secundario, pues dependen de que el razonamiento se haya hecho bien. Además, de nada sirve todo esto sin la implicación activa del paciente, tanto en el trabajo en sala o consulta como en seguir las instrucciones y participar en la planificación del tratamiento y la consecución de los objetivos, por ello os recuerdo algunos consejos para aprovechar al máximo las sesiones de fisioterapia.